En el comienzo el director nacional de Transporte destacó que la actual administración está trabajando en continuar todo lo bueno que se venía haciendo en la gestión anterior y en ejecutar ese acuerdo de facilitación, para dotar a la normativa nacional de las disposiciones que hoy faltan para poder implementarlo definitivamente.
Enfatizó que cuando se trata el concepto de facilitación del comercio se refiere a la sistematización, simplificación, racionalización y armonización como instrumento de técnica legislativa de los procesos aduaneros, que tiene una doble finalidad. Por un lado, reducir los costos de transacción y, por otro, dotar a todo el sistema logístico de mayor transparencia.
Labandera comentó, además, que se ha trabajado en base a un plan estratégico que se erige sobre tres ejes principales. Uno es la coordinación interinstitucional a través de los organismos públicos; el otro una mesa de diálogo público-privada que naturalmente se daría en el ecosistema de Inalog; y en tercer lugar, para que el acuerdo sea realmente efectivo, tiene que existir la posibilidad de medir los resultados.
En segundo lugar, expuso la Jefe de Jurídica de Inalog, María Inés Ferrari, quien dio una visión general de la facilitación del comercio. Brevemente comentó que siempre que se trate de simplificar la operativa de comercio exterior, se estará hablando de facilitación del comercio.
A su vez hizo referencia a aquellos aspectos en los que el Banco Mundial centra su atención, como: inversiones en infraestructura, modernización de las aduanas, racionalización de los requisitos en materia de documentación, automatización e intercambio electrónico de datos, la efectividad de puertos, servicios de logística y transporte, y también la competitividad de la normativa. En definitiva, eliminar todas las barreras innecesarias.
Luego comentó los cuatro pilares de la facilitación del comercio a los que también aludió Labandera:
– Armonización: alineación de procedimientos de operaciones y documentación de carácter nacional con todo lo que sea convenios, estándares y prácticas internacionales.
– Estandarización: alineación y armonización de prácticas y documentos de información asociada a las actividades comerciales.
– Simplificación: eliminación de elementos y duplicaciones innecesarias.
– Transparencia: publicación y disponibilidad de información de manera no discriminatoria y fácilmente accesible.
Explicó que Uruguay ha estado implementando algunas de estas políticas, como por ejemplo el establecimiento de un órgano nacional de facilitación del comercio, la elaboración de una hoja de ruta nacional, la identificación de obstáculos y oportunidades y, finalmente, el establecimiento de una Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE).
Pero también se identificaron una serie de desafíos permanentes en el país, estos son: una mayor divulgación interna del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC, el fomento de las asociaciones de confianza (la facilitación del comercio se basa en una estrecha colaboración entre las autoridades gubernamentales y los actores privados) y la mejora continua del equilibrio entre control y facilitación del comercio.
Finalmente, concluyó que sin facilitación del comercio es difícil viabilizar una logística eficiente. Inalog como ámbito de coordinación público-privado, busca posicionar y potenciar la facilitación del comercio como aspecto de vital importancia para una logística eficiente, detectar oportunidades para simplificar las gestiones inherentes a la actividad logística y apoyar la implementación de propuestas y/o instrumentos tecnológicos de otras instituciones o actores para lograr una mayor eficiencia en la logística.
Seguidamente el Director Nacional de Aduanas, Cr. Jaime Borgiani, destacó que la Aduana está comprometida con el acuerdo de facilitación del comercio. A lo largo de estos años, es reconocido que ha tratado de seguir los diferentes lineamientos de este. Indicó que constantemente se está trabajando en los diseños de procesos y procedimientos que permitan agilizar los trámites de comercio exterior. Hoy en día se cuenta con un despacho aduanero 100% electrónico y es una de las virtudes que se pueden destacar de la actuación aduanera. Se tiene una visión constante de agilización y liberación de los despachos, de reducción de tiempos y darle transparencia y previsibilidad a la actuación de la aduana y sus controles.
Comentó los avances de la Aduana en facilitación de procesos como el sistema Lucia, el pago electrónico, el único canal de pago que es el DUA, entre otros. Con respecto a la aplicación de gestión de riesgo, explicó que se tienen mecanismos y definiciones tanto a través de la división de análisis de riesgo como del sistema integrado de inteligencia aduanera o del sistema Mantis que se aplica en fiscalizaciones. Recalcó que es importante que para tener una adecuada gestión de riesgo, la Aduana debe contar con información digital que permita anticipar y planificar la decisión de un control. Esto quiere decir que este equilibrio entre facilitación y control implica la colaboración entre el sector privado y el público.
Por último, el Dr. Daniel Olaizola enfatizó en que la facilitación no significa el no control. Por el contrario, para mayor control se necesita la información adecuada (clasificación, valor, origen). El insumo que recibe la Aduana es fundamental para que la facilitación sea realmente eficiente y no vacía. Para ello existe la Declaración Aduanera de Mercaderías, que permite la clasificación de esta por un sistema informático. Esto dispara la tributación, los trámites previos/licencias, las prohibiciones y la sujeción de responsabilidad.
En conclusión, expresó que la implementación de medidas de facilitación de comercio hace necesaria la profesionalización permanente de los operadores del comercio exterior, ya que la automatización de controles va de la mano de un aumento correlativo en la importancia de las declaraciones aduaneras y las sanciones asociadas a los posibles errores padecidos en ellas.